Centenares de pacifistas protestan ante la base aérea de Lincolnshire, que desde esta semana dirige las misiones en Afganistán de sus aviones no tripulados. Hasta ahora el control se realizaba desde instalaciones militares estadounidenses en Nevada. “No creemos que nuestro Gobierno deba matar gente a miles de kilómetros de distancia sin juicio ni sentencia”. “Es algo horroroso. No debemos consentirlo. De hecho, muchos compatriotas no saben que estamos haciendo esto”. El ministro de defensa británico asegura que estos aparatos son empleados para operaciones de inteligencia y vigilancia. Pero los drones, cada vez más utilizados en todo el mundo, están equipados con misiles y bombas. Según datos oficiales, los aviones no tripulados estadounidenses dispararon en 2012 más de dos millones de misiles en Afganistán, un 72% más que el año anterior.