Que escandalo lo que ha hecho el gobierno con el tema de la energia solar y las reenovables…ahora que la tecnologia baja de precio incluso penalizan con impuestos el autoconsumo. Es increible.- Eclipsi solar
http://www.tv3.cat/videos/5132331/Eclipsi-solar
La nueva estafa del sector eléctrico de España: cobrar al que genera su electricidad
El Gobierno de España ha confeccionado un borrador de Decreto a la medida de las compañías eléctricas: imponer una tasa llamada peaje de respaldo que permitirá cobrar a los que generan su propia electricidad. Esta tasa provocará que generar tu energía sea un 27% más caro que consumir la de las compañías eléctricas.
En España uno tiene la sensación de vivir, prácticamente, a merced del oligopolio de las compañías eléctricas y la complicidad del Gobierno de turno (independientemente del partido político que esté en el poder). Desde que se comenzó a liberalizar el mercado en el año 1997 para adaptarnos al marco europeo, un proceso que debió ser similar al de la liberalización de las telecomunicaciones, el usuario ha visto como cada vez paga más por su factura de la luz y la legislación aumenta constantemente el precio del suministro a la vez que se van añadiendo tasas “compensatorias” que también abona el usuario final. Si como alternativa a la escalada de costes, muchos usuarios habían optado por auto-generar su propia electricidad gracias a las energías renovables, el Gobierno de España penalizará a estos usuarios imponiéndoles una tasa, llamada peaje de respaldo, para compensar a las eléctricas por el negocio que están perdiendo.
El autoconsumo como vía de ahorro
Si tenemos en cuenta que España es uno de los países de la Unión Europea con más horas de sol, no es descabellado pensar que la energía solar sea una de nuestras fuentes de energía; una apuesta por la generación de energías limpias frente a alternativas como las centrales térmicas o las centrales nucleares .
Sin embargo, en España siempre se ha dado la paradoja de su alta dependencia del carbón y, por tanto, de las centrales térmicas así como la importación de fuentes energéticas extranjeras en vez de apostar fuertemente por las energías limpias.
Hubo una época en la que desde los poderes públicos se incentivó el ahorro energético y la apuesta por las energías renovables y muchos usuarios invirtieron en instalaciones fotovoltaicas, se desarrollaron parques solares privados para generar electricidad y vendérsela a las eléctricas e, incluso, el Código Técnico de Edificación (la norma que regula cómo se construyen los edificios) recogió como obligatoria la instalación de placas solares en edificios para calentar el agua y ahorrar energía.
Con este contexto, y con el precio de la energía en ascenso por los precios fijados en las subastas gubernamentales, aumento de impuestos o tasas que paga el consumidor para compensar a las compañías eléctricas para que compren carbón nacional (más caro) que el carbón de importación (más baratos) han provocado que el “ahorro energético” se haya convertido en prioritario para empresas y particulares. Muchas empresas han invertido en instalaciones que generan electricidad para auto-consumo y así bajar un poco la factura del suministro convencional y, por ejemplo, no es raro ver aparcamientos en los que las cubiertas se usan para alojar placas solares o usuarios que en las azoteas de sus casas o en sus tejados instalaron placas fotovoltaicas.
¿Se acaba el pingüe negocio fotovoltaico? Parece que el Ministerio de Industria y la Comisión Nacional de la Energía (CNE) se han decidido a actuar ante las numerosas denuncias de irregularidades y anomalías en las plantas y huertos solares españoles.
Y es que, entre noviembre de 2009 y enero de 2010 el sistema eléctrico recibió 4.500 megavatios/hora producidos por plantas solares entre medianoche y las siete de la mañana y otros 1.500 MWh entre las 19.00 y las 23.00 horas. Lo curioso llega al detectar que esos 6.000 megavatios totales fueron supuestamente producidos en circunstancias “extrañas” o “curiosas”: En los meses de crudo invierno, marcados por temporales e inundaciones en toda España en los que la mayoría de días ni siquiera salió el sol, según informa Baltasar Montaño en El Mundo.
Pero, ¿cómo es posible que una placa fotovoltaica de un huerto solar produzca electricidad sin sol?. No es magia, es picaresca. Los primeros indicios apuntan a que estas plantas y huertos estarían utilizando grupos electrógenos alimentados con gasoil para generar electricidad. Los huertos fraudulentos producían energía con un generador durante la noche, y al salir el sol la vendían como “energía renovable”.
Energías “limpias”
Todo vale para hacerse con la jugosas primas que las concedidas a las “energías limpias”. Como apunta John Müller (en un artículo de opinión publicado junto al reportaje de Montaño) la tajada que han sacado los productores fotovoltaicos ha sido apabullante: llegó hasta tal punto que le ofrecieron al Gobierno rebajarse un 30% las primas. Poco habitual, ¿no?
En cifras, esos 6.000 megavatios generados en plena madrugada les ha reportado a sus productioras la nada desdeñable cantidad de 2,6 millones de euros en concepto de primas. Más o menos, unos 436 euros el megavatio, creando una lógica atracción hacia el sector -cobra la mayor prima de todas las energías renovables-. Hecho especialmente sangrante porque esta energía sólo aporta el 2% de la total que se genera en España, pero en 2009 se llevó primas por valor de 2.330 millones de euros sobre un conjunto de ayudas al negocio eléctrico de casi 6.000 millones.
Estas prácticas fraudulentas, según ha descubierto la CNE, se han dado mayoritariamente en Castilla y León. Las instalaciones de esta comunidad produjeron el 65% de la electricidad solar que se generó entre la medianoche y las siete de la madrugada, con noche cerrada.
¿El problema? Para el usuario ninguno puesto que, con el ascenso continuo de los precios, este tipo de inversiones tenían un retorno muy rápido y, evidentemente, para las empresas igual. Sin embargo, para las compañías eléctricas suponía una pérdida de negocio que no iban a consentir. En mi opinión, el oligopolio de las compañías eléctricas en España es un lobby, un grupo de presión que ha manejado siempre a los Ministerios de Industria para conseguir un “marco legal” a su total medida y la imposición del peaje de respaldo es una buena prueba de ello.
El peaje de respaldo
¿Y en qué consiste el peaje de respaldo? Imponiendo esta tasa se provocará una situación totalmente surrealista: el usuario que genera su propia electricidad pagará un 27% más que si les contratase a las compañías eléctricas el suministro y, evidentemente, a esto hay que sumar los costes de la inversión realizada. Este peaje, o más bien estafa, tiene como objetivo “regular el mercado” y evitar que el oligopolio se venga abajo si con tantas subidas los usuarios deciden apostar por generar su propia electricidad.
El Gobierno de España ha definido el peaje de respaldo en un borrador de un “Decreto sobre Autoconsumo” que ha enviado a la Comisión Nacional de la Energía para su revisión aunque, eso sí, la opinión de este organismo no es vinculante y, por tanto, sus aportaciones o correcciones no tienen por qué ser tenidas en cuenta (así que es de esperar que el escenario no cambie demasiado). Según este decreto, el Gobierno tendrá el control para fomentar o penalizar el autoconsumo eléctrico, quedándose con la potestad para elegir qué primar, la energía producida por las eléctricas o la que producen los usuarios (evidentemente parece que se primará lo primero).
Si consumir energía eléctrica procedentes de unas placas fotovoltaicas que cada vez son más asequibles termina siendo más caro que pagar a las eléctricas, con este Decreto el Gobierno manda al traste el ahorro energético y la libertad de elección.
¿Pero qué significa el respaldo? Por el nombre creo que nos podemos hacer una idea de qué significa esta tasa; es un gravamen que sufren los usuarios que generan su propia electricidad por conectarse a la red general como “opción de backup“. Dicho de otra forma, si bien los usuarios generan su propia electricidad también están conectados a la red “por si acaso” y también pueden llegar a “devolver a la red” la electricidad que les sobra y es precisamente en este punto de la conexión donde el Gobierno pretende aplicar esta nueva tasa.
La estafa del suministro eléctrico en España
Como consumidor y, por tanto, como alguien que paga su factura a la compañía eléctrica, el funcionamiento del sector en España me parece una auténtica estafa; un aparato que parece montado para que las cinco grandes eléctricas (Iberdrola, Gas Natural Fenosa, Enesa, EDP -Energías de Portugal y E.ON) se repartan un pastel en el que controlan el 80% de la generación de la electricidad y el 90% de la comercialización.
Alrededor del 70% de la factura que pagamos los consumidores se debe a tasas, peajes y compensaciones (moratoria nuclear, tasas del carbón, transporte de electricidad, incentivos a las renovables, etc) y solamente un 30% se debe al consumo real que hacemos; una maquinaria perfectamente engrasada en la que los usuarios de manera directa y de manera indirecta a través de sus impuestos llenan las arcas de las compañías eléctricas (900 millones de euros se estiman que irán desde los Presupuestos Generales del Estado a las eléctricas) y que con la imposición del peaje de respaldo se verán beneficiados de mayor actividad de negocio (apartando a la “pequeña competencia”).
Con medidas así y con un mercado casi dibujado por las compañías eléctricas no es de extrañar que los ex-políticos una vez cesados de sus puestos en Ministerios, Parlamentos o, incluso, al dejar de ser Presidentes del Gobierno tengan un “retiro dorado” como asesores o consejeros de las compañías eléctricas. Alrededor de una treintena de ex-altos cargos trabajan en compañías eléctricas: expresidente del Gobierno Felipe González es consejero en Gas Natural Fenosa, el expresidente José María Aznar es asesor de Endesa, el ex ministro de Economía Pedro Solbes es asesor de la filial italiana de Endesa, la ex ministra de Economía Elena Salgado es asesora para la filial chilena de Endesa, el ex secretario general del PP y ex ministro del Interior Ángel Acebes es asesor en Iberdrola.
Una retroalimentación políticos – compañías eléctricas que nos dibujan un panorama en el que, al final, es el consumidor final el que acaba perdiendo.
España es el país de la Unión Europea en el que los ciudadanos pagan la energía más cara y el único en el que se ha generado déficit de tarifa, que alcanza los 30.000 millones de euros. “Estos supone que cada español debe 638 Euros por la energía consumida en los últimos 10 años”, indica la asociación.
“Por si esto fuera poco, el índice de pobreza energética que registra nuestro país es alarmante: se estima que cerca del 14% de la población, unos 6 millones de personas, son incapaces de mantener la vivienda en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud y que el número de muertes por este motivo supera al de la siniestralidad en las carretera españolas”, añade.
Anpier considera que “esta realidad contrasta fuertemente con elevadas cifras de facturación que acumulan en cada ejercicio las grandes compañías eléctricas, lo que les ha permitido alcanzar un alto grado de internacionalización y ofrecer millonarias retribuciones tanto a sus directivos como a sus consejeros externos, que en muchos casos fueron altos cargos de la Administración que influyeron de manera decisiva en la configuración de nuestro actual sistema energético”.
Ejercicio de transparencia
Por todo ello, Anpier quiere que el Ejecutivo realice un “ejercicio de transparencia serio y riguroso, para que se expliquen los diferentes costes del sistema y, en concreto, los costes reales que supone cada modalidad de generación, así como los impactos positivos y negativos para la sociedad y el medio ambiente de cada tecnología generadora de electricidad”.
Tanto desde el Gobierno como desde Unesa se ha reiterado públicamente cuál es el impacto económico que suponen las primas a las renovables en los costes del sistema, sin especificar cuáles son sus retornos económicos y medioambientales. Sin embargo, puntualizan los promotores fotovoltaicos, “se ha ocultado a la ciudadanía el balance completo y, en especial, las partidas más sorprendentes, como pueden ser, entre otras, los costes de la moratoria nuclear, 76.000.000 de euros en 2013: 1,6 euros por español, que se abona a las eléctricas en concepto de no desarrollar energía nuclear”.
Los costes por interrumpibilidad es otro concepto:”749.000.000 de euros en 2013, 16 € por español que se entregan a varias multinacionales por si se diera el caso de que se quedaran sin fluido eléctrico por problemas en la red, hecho más que improbable y que el propio ministro ha tenido que justificar con argumentos vinculados a la deslocalización de tejido empresarial, que paradójicamente se encuentra seriamente dañado debido a los elevados costes de la energía”.
“Aún más gravoso es el sobreprecio que pagamos por el 30% de la energía que consumimos, que es de origen nuclear e hidráulica y que, con datos de la CNE de 2011, nos supuso un coste anual de 4.015.646.979 euros, cuando el coste real de producción fue de 1.066.509.141 euros. Esto supone que abonamos un gasto inexistente de 2.949.137.838 Euros cada año: 62 Euros por español..
Esta información, asegura Anpier, “no le está llegando al ciudadano con la misma intensidad que se hace supuesta didáctica sobre los costes de las renovables y el impacto que estas tienen en el sistema”, cuando en España, sólo el 3,5 % de la energía producida es de origen solar fotovoltaico.
“No vamos a callarnos”
La Orden IET/221/2013, de 14 de febrero, por la que se establecen los peajes de acceso a partir de 1 de enero de 2013 y las tarifas y primas de las instalaciones del régimen especial “incrementa las tarifas del gas natural, gasóleo, carbón y fuel, y eleva la retribución a la energía nuclear; mientras que reduce las retribuciones a las energías limpias”, continua Anpier. “El Gobierno .ha apostado por las fuentes fósiles y nucleares”, definiendo cuál es el modelo energético español, “muy alejado del paradigma europeo”.
El presidente de Anpier asegura que “frente a este desolador escenario energético y el reparto lacerante, arbitrario y asimétrico de la riqueza y el confort, las 55.000 familias que generamos energía solar fotovoltaica en España no nos vamos a cruzar de brazos ni vamos a callarnos, porque nos sentimos triplemente estafados: como productores, como consumidores y como ciudadanos”.