Algunas empresas construyen artilugios cada vez más inteligentes para que los compren cada vez gente menos instruida y los usen de forma dependiente para vivir una vida cada vez más virtual.
Si a mucha gente los desposeyeran o apartaran de sus smart-gadgets, la vida carecería de sentido. Atender a sus requerimientos, se observa en muchas reuniones familiares, pasa por delante de su interés – respeto por las personas. Para ellos, poseer ese “objeto” es lo importante y usarlos para crear contenidos o para que los ayuden a mejorar su vida pasa a un segundo plano.
Si no reclamamos más educación crítica, nuestra sociedad cada vez se parecerá más a la que describía Aldous Huxley en ese “Mundo feliz”
comentario de http://jas-vida-futura.blogspot.com.es/