Republica Catalana

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El gobierno español con sus últimas actuaciones ha enloquecido sí, pero eso era lo previsible. Recapitulemos. Tras la aplicación del 155 el Govern decide no oponer resistencia. Se enfrentaba a dos alternativas, a priori ninguna buena. La primera, defender la Generalitat con la gente y esperar a que el Estado desatase toda su furia, violencia (posible estado de sitio) y la segunda, renunciar a ello e ir hacia una contienda electoral probablemente pactada y forzada. Se opta por lo segundo en la línea de las exigencias de Tusk. Rajoy no tiene más remedio que jugar esa carta también, su 155 es débil y de muy difícil aplicación a largo plazo, humo en su mayor parte como ya indicamos, necesita controlar las instituciones catalanas de verdad, de forma legítima, para poder desmantelar con eficacia el autogobierno y necesita controlarlas ya. Para ambos contendientes, un escenario de plebiscito ofrece posibilidades y riesgos pero lo cierto es que nuevamente, una vez analizados los movimientos de cada uno, Catalunya tiene mejor juego.

España tiene un problema ahora mismo y es que las fuerzas que la gobiernan no emanan únicamente de Presidencia sino también de las cloacas del estado profundo que interconecta a la Corona con la alta judicatura, el ejército y el conglomerado empresarial de la oligarquía castellana (banca y medios de comunicación privados). Soraya ha hecho ahí un excelentísimo trabajo doblegando del todo los medios que aún se resistían a su pleno control. El objetivo, unificar el relato, asegurar un control informativo completo. Cuando sea imposible contener la información negativa se recurre a la intoxicación mediante el filtrado de noticias falsas para generar confusión. Es un método muy usado desde los medios de propaganda rusa y que se ha demostrado sumamente eficaz. Así se logró minimizar el conteo y la gravedad de los heridos en las cargas del 1 de octubre. El problema es que estas estrategias de control de daños que han funcionado muy bien internamente, exteriormente han sido un desastre. Recordemos el ridículo del ministro Dastis en la entrevista de la BBC negando ante el entrevistador la veracidad de las imágenes. Sigamos.

España podría haberse limitado a convocar las elecciones y a continuación haber reculado y desescalado liberando a los jordis. Eso habría sido lo racionalmente inteligente pero no estamos ante un estado racional. Las fuerzas profundas, franquistas, que lo rigen no son racionales, de otra forma hace mucho que se habría acordado un referéndum catalán. No, se guían por el odio, la venganza y la necesidad de responder a la humillación sufrida el 1 de octubre. Se debe lograr el aplastamiento total del enemigo catalán. Por ello, se ha buscado siempre criminalizar la protesta, sin éxito. Hace pocos días un ciudadano era agredido en Mataró por varios manifestantes unionistas, suma y sigue. La realidad es que la única y auténtica violencia estos días ha procedido de sus filas y, sin embargo, gracias al extremo control informativo, en España el relato que llega es opuesto. Por ello, han sido capaces de justificar internamente el último oprobio a Catalunya, la detención de sus consellers. Todo esto que explico era bien conocido por el Govern y por ello idearon la siguiente estrategia.

Inmediatamente después a la votación de la República en el Parlament se prepararon para la reacción española que intuyeron sería desmesurada. Apostaron a que intentarían detener el gobierno y dado que no optaron por resistir con la gente se repartieron en dos grupos, uno se quedaría en Catalunya y el otro encabezado por el President Puigdemont se fue al exilio en Bruselas. Los objetivos que se buscaban eran esencialmente tres.

1.- Internacionalizar aún más el proceso catalán.
2.- Dejar en evidencia la falta de independencia de la justicia española y su autoritarismo.
3.- Asegurar la continuidad del gobierno en el exilio para poder intervenir en la campaña electoral del 21D.

Como ven, se estan consiguiendo los tres objetivos propuestos. Fijaos que no se repartieron las tareas al azar. Junqueras y Romeva por ejemplo, fueron eurodiputados durante bastantes años por lo que son bien conocidos en Bruselas. Romeva, en concreto, lo fue por el Grupo Verde por lo que tuvo por compañeros a los miembros de los verdes alemanes hoy imprescindibles para el gobierno de Merkel. Todo tiene su lógica, como ven. Así, ahora, a las denuncias de los observadores británicos ante la Corte Penal Internacional del Tribunal de la Haya se le van a juntar dos casos más. La denuncia del Partido Pirata por el cierre de más de 140 webs admitida a trámite por la Comisión Europea y el caso abierto en Bélgica que amenaza con llegar a Estrasburgo, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Es prácticamente imposible que España salga bien parada de esta pero eso a corto plazo no importa. Recordemos, el estado profundo, dispuesto a todo, incluso a volver a convertir a España en un estado paria con tal de evitar la pérdida de la unidad, de lo que queda del Imperio, es irracional y por ello hay que obrar con inteligencia y no con fuerza. Ahora se están tirando piedras sobre su tejado en su insolente y soberbia campaña de presión y desprestigio hacia Bélgica porque ya se dan cuenta de que cuando la justicia europea revise las actuaciones de Maza y Lamela a España se le cae el pelo, de ahí que ya anden poniendo la venda antes de la herida.

Y fíjense, hace escasos días Francia aceptaba un referéndum sobre la independencia de Nueva Caledonia, Francia, ese país que supuestamente actuaría siempre como España ha demostrado con los hechos la falsedad de tales afirmaciones. Es más, el caso catalán está sirviendo internacionalmente de ejemplo de cómo no se debe afrontar un movimiento separatista. Dejando claro que la respuesta autoritaria no solo no soluciona estos problemas sino que los amplifica y agrava. Es algo conocido, históricamente conocido de hecho, es lo que explica la contínua mengua de los imperios europeos.

Lo que quiero decir con todo esto es que la única carta que tiene España es el desgaste emocional. Frustrar a los catalanes para que, o bien recurran a la violencia para poder justificar una intervención total de la Generalitat sin pasar por proceso electoral alguno, o bien que su desmoralización les haga no ir a votar permitiendo una fácil victoria unionista. Contra su pronóstico, el independentismo se está movilizando en masa para acudir a las urnas el 21D y no hagan caso a las encuestas porque ahora mismo son meras armas de propaganda. La realidad que se ve es la siguiente, hay mucha gente nueva que apuesta por la República Catalana. Hay mucho malestar con el 155 y mucho desconcierto con los discursos de odio que se vierten desde el unionismo más visceral de Ciudadanos y el PP. Hay muchas deserciones en las filas del PSC. En los Comunes y en Podem hay mucho disgusto por su posición ambivalente y por la intromisión de Podemos estatal y de la casta de ICV. Desconecten de la tormenta mediática orquestada desde el Gobierno, por no mirar no miren ni TV3 si les acongoja. Suscribanse a los canales de Telegram, de Whatsapp, Twitter y demás redes. Estén atentos a las movilizaciones y descansen mientras puedan porque esta campaña va a ser crucial. Anímense unos a otros, argumenten educadamente a los que dudan o tienen miedo y tengan por seguro que, si se logra una victoria contundente, nadie va ya a poderla discutir y que esta es una carrera de fondo. Que habrá que armarse de paciencia pero que si perseveran y si lo miran con perspectiva, verán que el camino emprendido ya solo tiene una meta posible.

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