La tableta que iba a resucitar a la empresa, que iba a competir de tú a tú con los iPad y las Galaxy Tab ha resultado ser un fiasco económico. Los de Redmond no han facilitado cifras de venta, pero parece que no han sido muchos los que la han comprado.
¿Pero por qué está fracasando Surface RT? ¿Este producto es tan importante como para hacer que una de las compañías más robustas del mundo se tambalee?
Tres claves de su fracaso
La respuesta a la primera pregunta parece clara: no es rival para el iPad de última generación. Quizás si Microsoft hubiera presentado Surface RT 30 meses antes, a la vez que el primera tableta de Apple, podría haber competido con ella, pero la ventaja que Apple tiene ahora mismo parece insalvable para un producto con esas características.
El precio tampoco ayuda. La versión más barata de Surface RT costaba en su lanzamiento 479 euros, lo mismo que el iPad más barato. Si queríamos comprar una con teclado -elemento básico para tener la experiencia adecuada con esta tableta- habría que pagar 100 euros más. Microsoft acaba de rebajar sustancialmente los precios, y ya podemos hacernos con una Surface RT de 32 Gb por 329 euros, y una con teclado, por 429 euros. Si los precios de salida hubieran sido esos, quizás la historia habría sido otra.
La estrategia de marketing tampoco parece que fuera la mejor. Cuando Steve Ballmer anunció Surface en junio del año pasado, todo Internet quedó prendado con las posibilidades del producto y con el espectacular vídeo de presentación. Pero si Apple suele vender en apenas una semana los productos que presenta, Microsoft dejó pasar cuatro largos meses que hicieron que la excitación desapareciera: hasta finales de octubre no se puso a la venta en Estados Unidos.
Tampoco ayudó que de primeras solo se vendiera en las tiendas oficiales de la empresa (20 establecimientos e Internet), un canal de ventas claramente insuficiente.
Sea como sea, puede que la sustancial rebaja en su precio anime a mucha gente a comprar un producto que quizás merece más de lo que está obteniendo.