Un vecino de Pontevedra -cuyo nombre prefiere no dar- lleva más de 16 años circulando a diario por la Autopista del Atlántico (AP-9) desde la ciudad del Lérez, donde tiene su domicilio, hasta Vigo, donde se encuentra su puesto de trabajo, sin pagar ni un euro ni utilizar trucos o caminos alternativos. Parece imposible, pero es completamente cierto y demostrable. De hecho, ya ha sido protagonista de al menos dos vídeos donde con cámaras a su lado realiza la operación ‘sinpa’ con todo éxito y sin que hasta el momento haya recibido multas, sanciones o denuncias judiciales.
A diario, la misma historia con idéntico final: se acerca a la cabina de peaje, donde ya lo conocen, y dice que no tiene dinero. El encargado le pide que se aparte de la fila y que firme una declaración reconociendo su situación, a lo que se niega rotundo: ‘Fírmalo tú’. Por último, reclama ‘derecho de paso’, que le es concedido, por lo que a continuación puede continuar rumbo a Vigo sin pagar ni un euro. Y así todos los días, lo que le ha valido un ahorro brutal: ha hecho cuentas y no abonar el pago le ha supuesto no perder un 10 por ciento del salario total.
Las razones de su objeción ante Audasa las explica él mismo: ‘La primera concesión duró 25 años y cuando estaba ya a punto de terminar, se extendió hasta 2047 sin ningún motivo, sin haberse hecho ninguna obra faraónica. Además, se libera el peaje en Rande, que en realidad paga la Xunta, y que a los que hacemos Pontevedra-Vigo no nos sirve de nada’. Y continúa con su lista de agravios a modo de pliego de descargo de su acción: ‘Es una obra amortizada y creo que es una cafrada pagar la concesión, salvo que lo diga el juez, no Audasa. No soy un defraudador, pago mis impuestos gustosamente. Procedo a solicitar el derecho de paso y eso es todo’. Y añade, ya definitivo, animando a la insumisión: ‘El precio de esta autopista no es que sea muy alto, es que resulta ultraexcesivo, a 0,25 euros el kilómetros, no sólo lo más caro de España sino del universo. Animo a la gente a que pase por la cabina y solicite el derecho de paso, como yo, sin pagar el peaje, y cuando haya muchos así, alguien se sentará y se preguntará qué ocurre con esto’.
