El sueño es un estado de descanso vital para el organismo.

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desorden_suenola Sociedad Española del Sueño (SES) advierte que alrededor del 20 por ciento de españoles presenta algún trastorno relacionado, lo que puede llegar a derivar en enfermedades psiquiátricas o cardiovasculares.

En la actualidad, hay 88 tipos de trastorno del sueño reconocidos por la Organización Mundial de la Salud. Los más frecuentes son: el síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS) residual en la infancia, la narcolepsia o el síndrome de las piernas inquietas.

El sueño es un estado de reposo del organismo que permite el desarrollo de procesos metabólicos fundamentales para garantizar la capacidad de concentración, memoria y autocontrol de las personas a lo largo del día.

“Los ronquidos, las pausas de apnea nocturnas o las alteraciones de comportamiento diurno pueden tener importantes repercusiones sobre la salud de los pequeños, como problemas de desarrollo y crecimiento, alteraciones neurocognitivas e incluso cardiovasculares”, explica el Dr. Joaquín Terán, miembro de la SES.

Además, en la población pediátrica, el diagnóstico precoz de las alteraciones del sueño es fundamental para prevenir aspectos tan relevantes como el inadecuado desarrollo neurosicológico, alteraciones como el déficit de atención o la aparición de mayor frecuencia de obesidad.

En los adultos, numerosos estudios han demostrado científicamente la relación de los trastornos del sueño no tratados con el desarrollo de enfermedades psiquiátricas o con el aumento del riesgo de problemas cardiovasculares como cardiopatía isquémica o accidentes cerebrovasculares.

A pesar de los síntomas, los expertos advierten de que el SAHS puede pasar inadvertido por lo que aconsejan realizar un estudio de sueño y comprobar la presencia o no de esta patología.

Además, los expertos insisten en que prevenir cualquier alteración crónica o diagnosticarlas a tiempo es clave para mejorar la calidad de vida de las personas y, en paralelo, ayudar a la sostenibilidad del sistema sanitario.

El peso corporal viene determinado por los genes y la dieta, pero el sueño puede ser un factor más importante de lo que piensas e incluso ser responsable, en gran parte, del aumento de peso.

Un nuevo estudio, publicado en SLEEP, llevado a cabo por la Academia Americana de Medicina del Sueño, sugiere que el aumento de la cantidad de sueño podría conducir a una ingesta reducida de alimentos, aunque el proceso hormonal difiere entre hombres y mujeres.

Es decir que según este estudio la duración del sueño afecta al apetito de manera diferente en hombres y mujeres. “La restricción del sueño en sujetos sanos, con peso normal, tiene un efecto limitado sobre el riesgo metabólico, y puede afectar la ingesta de alimentos de manera diferente en hombres y mujeres”, afirma Marie-Pierre St-Onge, investigadora principal del estudio.

El estudio analizó de la duración del sueño, la desregulación de la glucosa, y la regulación hormonal del apetito en 27 hombres y mujeres de peso normal, entre los 30 y los 45 años de edad. Los participantes fueron estudiados bajo dos condiciones: sueño corto (4 horas) o habitual (9 horas).

El sueño corto aumentó los niveles totales de grelina en los hombres, pero no en las mujeres, y redujo los niveles de GLP-1 en las mujeres, pero no en hombres.

Los resultados sugieren que la susceptibilidad común a comer en exceso durante el sueño corto está relacionada con el aumento del apetito en los hombres, y con una disminución de la sensación de plenitud en las mujeres.

Según los autores, esta es la mayor investigación clínica controlada de los efectos de la reducción del sueño en la regulación hormonal. Los resultados apoyan el papel causal de la duración del sueño en la ingesta de energía y el control de peso.

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